Luego nos movemos, haciendo presión contra el otro, inestables. Cierro los ojos y ensancho la sonrisa, cuando vuelvo a mirar te estás mordiendo el labio, aún me miras.
- ¿Lo hacemos?
Me besas mientras te incorporas, salimos corriendo entre carcajadas, aún cogidos de una mano. Espiamos por la puerta, me chistas para que pare de reír, ¡van a descubrirnos!
Pero no, corremos escaleras abajo entre pausas y miradas, arrancamos los abrigos del perchero y desaparecemos por la puerta principal.
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