Sabía que solo estabas muy perdida, pero también que la única forma de que te dieras cuenta era alejándome de ti. Por eso me odié después de aquella primera conversación... y a lo mejor me arrepentí un poco de haber roto el hielo.
Pero ahora, amo haberlo hecho. O mejor dicho, saber que lo hice, que no pude aguantar sin hacerlo.
Es toooodo un alivio.
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