Aquella joven de pelo largo que era para él. El que tiene la culpa de todo.
Él, sí. Donde todo empieza.
Pero de repente abro los ojos y solo está mi habitación, mi triste ciudad, mi planeta... de ciencia y filosofías ridículas.
Es como despertar de un sueño, en el que tu deseo se había hecho realidad. Estás segura de que algo tan nítido tenía que haber sido real. Pero no lo es. No lo es.
De la dicha que no puedes contener, te vacías en lágrimas.
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