I'm not tired enough to sleep
Una personita asoma a tu puerta con sonrisa pícara y brillante, y, aunque te caes de sueño, no puedes echarla.
El viento parece estar a punto de arrancar el tejado, pero no importa, nos obligamos a no tener miedo mientras destripamos la última noticia de V.A. y inventamos la nueva saga de nombres secretos (porque los anteriores han sido (otra vez) descubiertos).
Parece que no importa lo que hagas esa noche, cómo o cuánto duermas, porque al día siguiente va a salir el sol... y nadie va a arrancarte de esa cama mientras consigas ignorar los gritos.
A veces me gustaría embotellar ese momento con sabor a verano, capturar esa foto que tiene los colores, o las sonrisas adecuadas, me gustaría guardar para siempre el momento que contaremos una y otra vez para el resto de nuestros días en una caja, y poder revivirlo y reír tanto como cuando ella dijo esa frase célebre.
Como cuando somos solo y únicamente cuatro en la habitación de la tercera planta, el reparto de habitaciones no nos gusta, y, desde luego, siempre hay alguien que no quiere dormir.
¿De verdad nunca van a volver a desterrarnos allí, en Corrubedo?
En esa habitación llena de polvo y un armario que esconde monstruos... con esas cortinitas que dan risa intentando tapar el sol de mediodía.
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