jueves, 12 de agosto de 2010

Idiota.

Nunca sabré por qué pero cada vez que te miro hay algo que me hace sentirme lejos, dolorosamente lejos de la fina línea de tu mirada.
Infinitamente cambiante, mi voz se tuerce y en sus mil y un excéntricos tirabuzones se pierde... y ya nunca te llega.
Con tu pelo, y tus gafas, y tus ojos de ratón. Eres un idiota. Pero la verdad es que algo en ti ha hecho mutar mi risa. Y cuando me ría así, me gustaría que estuvieras ahí para escucharme. Pero como eres un idiota, nunca te vas a fijar en que ya no me río como antes. Porque eres un idiota. Un verdadero idiota.
Un idiota genial.

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