sábado, 7 de noviembre de 2009

Me pregunto por qué me retuerzo sobre la cama

como si me fuera a romper.
Dispersa, enfrentada.
Me gustaría salir de aquí, saltar al martes.. ese día que, cada vez, es un magosto.
Pronto no habrá más.
Y esos días horribles y pesados, todos juntos, se acabarán.
Y quién sabe si volveremos a estar todos juntos. O allí.
Una cosa es cierta. Nunca más nos esconderemos en aquella clase y gritaremos como hacemos siempre, ni llegaremos tarde a la primera clase de la tarde.
No sabía que me sintiera así. Pero es verdad..
Todo termina.

Y nunca, nunca me doy cuenta.. hasta que es demasiado tarde.
Yo también te echo de menos. Me enseñaste, cuando yo pretendía enseñarte a ti, tantas cosas.
Pero me dejaste agarrarme, sí. Y después, que me soltara yo sola.
A lo mejor te decepcioné. Pero no estaba preparada para ver una mirada hostil de esos ojos que me habían hecho tanto daño. Nunca lo estuve.
Y preferí no mirar el desastre.
Porque él era tan perfecto.. tanto. Que con él el desastre no servía.
Me habría apuñalado hondo.
Y habría llorado allí mismo. No. Aquel era el día de la despedida, e iba a ser alegre.
Por una vez.

Tenía que ser fuerte. Y lo fui. Por mucho que me derrumbara, era solo en mi interior. Soporté aquello y más, me levanté, enfrenté un año y ahora otro.
Estoy orgullosa de mí.
Estoy consiguiendo lo que quiero..
Pero por mucho que lo desee, no puedo obligar a nadie quererme.
Aunque muchísimas otras personas me deseen a mí. Eso no quiere decir que otra persona vaya a hacerlo.
Nada quiere decir nada.

Eso ya lo sé. Por qué no te pregunté.. o por qué tú no me lo dijiste, nunca lo sabremos.
Solo cuando me llames. Pero no me llamaste. Ambas sabíamos que no pensabas hacerlo.
No sé por qué.
¿Por qué no llamas? No a mí, esta vez. Pero eso me llena de angustia, porque tiene que ver, y va de la mano de otra cosa.
Punto.

Sé, que por mucho que construya ahora, con el primer día de calor voy a destruirlo todo.
Porque por mucho que quiera, que desee decir que soy libre, que no soy de nadie..
Que nunca voy a cantarle a nadie esa canción.
Sé que es mentira.

Como tantas otras cosas. Miles de ellas son mentira. Tantas..
La mentira más grande es que miento mucho. ¿Quiere decir que no miento?
Para nada.
Y solo como garantía, hoy es el día de las verdades.
Odio decirlo, pero me siento atrapada en los exámenes.
Quiero salir de aquí, a veces ya no me importa cómo.

Solo quiero que haga mucho frío, todo sea excitante, sentir la ilusión y verlos a todos juntos..
Y escaparme allí otra vez.
Y sé que cuando esté allí, me quedaré el tiempo que quiera. Como siempre.
Por teléfono no saben discutir. Solo saben gritar.
Pero yo, yo sí que sé.
Y voy a hacerlo. Me agarraré con uñas dientes, me iré. Y después.. sé que volveré.
Solo espero sembrar lo suficiente, ser yo el tiempo bastante..
Para que haga lo que su nombre indica.

Y venga conmigo alguna vez.
¿Lo hará? ¿Cuánto anduve y cuánto se quedó ella parada?
¿Cuánto debí callarme y cuánto habló ella?
¿Dónde está ella?

Porque la realidad es que ella está.
Y yo no.
Yo estoy aquí, en mi mundo. Aunque ese también sea mío, porque lo hice mío..
Este es mi mundo. Y me gusta, lo quiero de verdad.
Lo malo es que al poder querer tantas cosas.. se pasa mal.
Una sola voluntad, un solo tiempo. La vida no está echa a medida de los zurdos, ni de las personas tripolares, ni de los indecisos, ni de los artistas, ni de la gente como yo que, vaya, es decir lo mismo.
Pero la transformaremos.
Porque nosotros, los humanos, siempre lo hacemos.

Cambiamos las cosas, para que sean de nuestro agrado.
Para encontrar la ilusión.
O simplemente por capricho.
Y sí, yo lo cambiaré el primer día de verano.
Me iré.

Y sé todo lo que eso va a significar. Pero no voy a poder frenarla.
Me llena de tristeza, hasta la boca de la garganta decirlo.. pero esta es la única verdad.
Solo una licencia artística. Que, vaya, es otra mentira. Que término más estúpido.
Pero sí, es cierto. Aun no sé cómo, ni si se lo diré siquiera..
Pero no voy a irme sin terminar con todo.
Y cuando digo todo, es todo.

Después, tendré que volver a nacer..
Y ellas aprender a quererme. Lo harán, estoy segura.
Seas quienes sean ellas. Y sea quien sea yo.
Porque de lo que estoy segura, es de que me amo. Y creo, intuyo, que siempre me amaré.
Confío en mí, y sé que haré todo lo posible para no convertirme en mi madre.
Porque yo soy yo.
Y esa es la única realidad del pronombre.
Tiene magia, sí, y gracia, pero yo también soy yo. Y yo.
Por qué no puedo parar de escribir es un misterio.

Como por qué no puedo parar de soñar con tus brazos.
Ni de abrazarme a ti en sueños. No sé por qué. Pienso, y no recuerdo haberte dicho nada que pudiera haber suscitado una respuesta que sea lo que me hace sentir así..
Porque pienso, y no recuerdo qué.
Solo recuerdo un cómo.
Y me siento estúpida, pero no me atrevo a describir ese cómo
Me da miedo destruirlo.
Y sí, sé que no besaré nada más hasta dibujar eso que tanto anhelo.
Todo esto puede sonar a carámbanos y fresas, pero es lo que es.
Ahora lo sé.

Ni aunque me pongan la sonrisa más lasciva y sucia delante. Ni aunque.
No, no.
Me quedaré conmigo, que es lo que de verdad quiero.
Hasta que pueda llegar allí.
Por qué escribo con tanto miedo, otro misterio.

Me pregunto por qué me retuerzo sobre la cama
como si me fuera a romper.

No hay comentarios:

Publicar un comentario