domingo, 29 de noviembre de 2009

¿Queréis saber por qué esa rosa acabó así?

Pues, veréis. Un día un hombre horrible la besó cuatro veces y ella no sintió nada.
Desde entonces se volvió loca de dolor en el interior de una celda de insensación.
Atrapada en una racionalidad muy poco sana, en su mente, donde todo era como ella pensaba y sentía, donde estaban él y sus besos.
Así que le dio la espalda al negro para siempre, porque aquel hombre horrible simbolizaba lo más oscuro del universo..
Desde entonces, le daba miedo.
Y así, rota de dolor, dejó de golpear los barrotes de su jaula y se dedicó a vivir bailando dentro.
Sí, en el pequeño espacio que tenía. Su mente lo transformaba en el más amplio campo.
Y si tenía su mente, ya nada importaba.
Solo ella, y su demencia.
Porque, ¿sabeis?, el arte y la demencia son los únicos pases que te llevarán a donde quieras.
Y ella se agarró a los dos. Porque cuando amas algo, es difícil dejarlo pasar.
Se agarró al arte, por que lo amaba.
Al final, la locura vino con él.

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