viernes, 19 de marzo de 2010

-Tengo miedo de enamorarme de ti.

-¿Tan malo sería?
-Ni te imaginas cuánto.
-...
-Pero huir ahora sería muy cobarde.
-Pues quédate.
-¿Y si caigo?
-Te ayudaré a superarlo. Me esforzaré por destruir esa emoción cada día.
-¿Y cómo?
-Con los labios.
-No haré caso de palabras.
-Créeme, tendrás más que palabras. Mis labios no destruyen desde lejos. Solo desde cerca.
-¿Cómo de cerca?
- Así de cerca.
...
-Acaban de contarme que no pueden destruir nada.
-¿No?
-No. Sigo cayendo.
-Entonces yo también caeré. Caeré contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario