viernes, 9 de julio de 2010

Melodías nuevas.

Urgentes, me arrastran con una fuerza casi necesaria, casi tan valientes en mi boca como en la suya.
Pero arrastrar, arrastran un coraje incluso precipitado, ¡libre!, desatado para llegar a aquello a lo que no nos gusta mirar... lo ataca y le da vueltas. Mil vueltas.
Mil y una, destrozándolo, inflamándolo hasta que en sus cenizas puedan verse sus raíces. Y, una vez descubiertas... cortarlas a ellas, soltándose el rechazo.
Nuevas melodías, confundiéndome; ya no sé por qué latir.

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