domingo, 30 de mayo de 2010

Descarga eléctrica delatante

Es cómo una pesadilla, surrealista, minimalista y tan dulce que resulta aterrador. El caso es que esta chica lo desestabiliza todo. Tirar por la borda todo el esfuerzo de años resulta hilarante... una cárcel, ¡¿una cárcel?!, resulta que esos son mis sueños.
Pero no importa... nada importa, a diecisiete días de hoy. Nunca digas ha ganado, ¡porque será mentira!
Un viaje mental a Alemania a cada dos pasos caminando en círculos por mi habitación. ¿Surrealista? Casi realista, por lo menos.
¡¿Por qué cuando algo me deslumbra me sigo acordando de ti?! Necesito encontrarte... muchas ganas, muchas muchas ganas... de romperlo todo, repetidas veces, muchas, muchas veces... no puedo decirlo más claro, pero es lo que mi mente pide, y la verdad es que ni mi cuerpo ni Aristóteles ayudan nada de nada.
Romper a llorar al pensar que quedan meses, tal vez años para encontrar a única persona que... vale, está bien, para. No, no sigas. Sigue la espiral... engánchate a la montaña rusa y déjate llevar un tiempo. ¡No conduzcas! No conduzcas nunca.
Lo de aprender a conducir es de esas cosas que "no hagas hoy si puedes hacer mañana", y, desde luego, me merezco el odio de mi futuro por pensar así. Pero ya está. Estoy muy a salvo en el futuro pasado. Aaaai, necesito un beso. No, ¡ni siquiera uno!
Dame medio. Medio y un suspiro, me conformo con eso.
Después destrozaré el mundo hasta encontrar el único perfume que no me produzca náuseas después de sentirlo pegado más de veinticinco minutos... ¿Pero qué son veinticinco al lado de veinte o treinta? ¡¿Lo veis?! Yo lo dije: Es surrealista. Contar en cincos, claro.
Pero es que no son más que cinco... cinco eras. ¿Solo cinco?
Recuerda, recuerda, el secreto está en que pueden durar un milenio o medio segundo, treinta minutos o la hora del té... Es un secreto a gritos, pero nadie acaba de entenderlo.
Medio beso... podría llorar hasta bien entrada la noche y luego rendirme en tus brazos. ¿Pero qué brazos? Rendirme en el aire, y tregua hasta la noche siguente.
Pero no es vaciarse lentamente, ¡no! Es rudo, es el llanto de una bestia encadenada a lazos de humo irrompible, son ídolos, ¡no es más que humo!, pero es desacompasado y fuerte...
Es muy violento. No me taches de incomprendida, pero sigue siendo arte.
Repites la frase para ti, "...arte", y lloras más. Lloras porque los sueños se repiten, porque los personajes se mezclan, lloras porque aparece uno nuevo para salvarte del precipicio, lloras porque te empujan y encima no te dejan caer.
¡Y estás cansada! Cansada de llorar. Cansadísima. Estas muy nerviosa y entonces, ¡BAM!, resulta que has explotado. ¿Pero qué ocurre en este mundo? Es que las paredes amarillas son eternas, o qué.
Es que... aaaa... solo medio, medio y nada más, siendo nada retórico, claro está, pero de verdad, solo medio...
¿Medio medio?
Solo déjame ver que es real. El futuro por el que estoy luchando. La mirada por la que voy a esforzarme quién sabe tantos años. Medio beso... y te dejo en paz tres años más.
Porque uuuh, las ventanas. Qué miedo. Me auto-encerraría y sería más feliz, desde luego. Aunque después igual me tiro de otra ventana por la tristeza de ver barrotes en la mía, pero quién sabe.
Desde luego, yo no sé.
No sé nada... solo sé una cosa, y encima duele. ¿Para qué quiero saber más? ¡AG!
Le quiero... pero no se lo cuentes a nadie. Es un secreto que solo me atrevo a confesar algunas veces, cuando necesito romperme como una caja de música y desparramar mil notas por la alfombra más regia de Europa.
Porque... lo que de verdad me llena es cantar. Es terrible, pero es cierto. Me encanta dejarme llevar por un medio gemido y chillar cinco frases pronunciadas en exceso solo por hacerlo, porque me gusta, ¡¿vale?!
Uf, menos mal que ya no estoy encerrada en aquel nido... soy libre.
Y con mi libertad pienso crear otro nido, pero de este no va a haber quien salga... y por su bien, menos habrá quien lo destroce. Porque quien le ponga un dedo encima a mi joven proyecto tendrá que oírme cantar. Y eso sí que es un peligro.
Porque cuando empiezo puedo cantar trescientas veces la misma frase, y, por muy bien que cante, que no canto tan bien, pero tampoco tan mal, puedo asegurar que acabo volviendo loco... a quien sea.
Espero que "quien sea" sea de verdad "quien sea". Uf... si lo fuera todo sería tan... ¡perfecto!
Es verdad. Ni fácil, ni siempre agradable, tal vez ni siquiera brillante.
Pero sería puro arte... no te atrevas a dudarlo. Deja de dudar y dame mi mitad.
Prometo contribuir con mi parte. A lo mejor así... tal vez sumemos uno. Uno y medio todo el tiempo, ¿entiendes?
No importa si no. Ya te lo explicaré. Algún día. De alguna era. Pf... No me olvides. No olvides el grito que te hizo saltarte una canción... aunque fuera la mejor canción del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario