lunes, 24 de mayo de 2010

Ibas a ignorarme para siempre.

Desde que te acercaste a aquellas escaleras, tanteando con pasos largos, cuando decidiste que no iba a existir nunca más.
Me habías dejado atrapada en la Villa, hasta que un día, tal vez lejano, quisieras volver a buscarme.
¿Habría crecido, entonces. o seguiría siendo tan decepcionantemente inmadura?
Eso nos preguntábamos los dos, entre miradas.
Ibas a ignorarme para siempre... hasta que me armé de valor para enfrentar tu altura y me acerqué a decirte hola.
Desbaraté tu plan tan rápido... Me mirabas negándome, exigiéndome que desapareciera.
Pero no hice caso. Aquello lo sentíamos los dos, e íbamos a enfrentarlo juntos.
Me daba igual que tú quisieras, o no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario