sábado, 1 de mayo de 2010

*Gritando tu nombre al viento del valle, que me arranca el llanto en un descuido*

Llegas corriendo, el corazón te late en la mirada y ni siquiera me paro a buscar la serenidad que me dan tus ojos, impacto contra ti temblando.
Me abrazas en silencio y nos quedamos así mucho rato.
*shhh* dices, *shhh*.
Me alegro de que tus brazos me rodeen, de alguna manera, impiden que me rompa más. Y me escondo allí, me escondo en ti para siempre.
¿Quién será este ser que me calma con su presencia?
¿Quién serás?
Ojalá pudiera agarrarte muy fuerte la camisa y hacerte daño. Ojalá te quejaras. Ojalá...
*Si todo fuera un deseo.*

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