sábado, 8 de mayo de 2010

Un sueño del que no quieres despertar.

Aún no... ¡NO!

Pero ya es tarde. Estás despierta y lo has perdido. Has perdido el desayuno en la casa que lleva por nombre... tiene un nombre, pero no sé cual es.
Has perdido el ángulo de su mandíbula, tu mano ya no lo alcanza en la oscuridad mientras cantáis juntos, él dos veces, aunque una de sus voces no respira.
Ya no puedes tocarle... te encoges en la cama intentando aspirar los últimos resquicios del sueño.
Es extraño, piensas. Piensas que tus más ocultos deseos, aquello que encierra el subconsciente y solo puede escaparse en sueños, son unas cuantas caricias en la cara de alguien.
Su voz trae consigo un mundo... Te sacudes la sensación de abismo agitando la cabeza.
Aún es temprano, suspiras.
Pero ya es tarde... ¿muy tarde?

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