miércoles, 23 de diciembre de 2009

Querida Clío.

Querida Clío.

Te echo de menos. Hoy pensé en ti, en el cine, pensé que esta película te hubiera encantado. Con sus ruidos de cascadas, cantos triviales disfrazados de sonidos del bosque, con sus ritmos salvajes y su sonido a naturaleza. Hasta tú hubieras amado esa música. No me preguntes cómo, pero sé que hubieras llorado.

A lo mejor, hasta cogida de la mano de tu mejor amigo.. qué suerte tienes. Él siempre será tu mejor amigo.

Y cuando me acordé de ti, de tu mundo claro de trazos finos y firmes como el azul de aquella página que al principio no entendía, yo sí quise llorar.

Sonaba una de esas bandas sonoras que te tocan el alma, y me sentí dentro de aquella película y a la vez del todo fuera, en mi propia historia rodada dos años atrás. Mirando la belleza natural de aquellas criaturas sin nombre ni identidad aparente. A lo mejor es porque no recelan tanto de ella, y aman la vida hasta tal punto que lo confunden todo en una gran red.. no lo sé. Admiro eso, pero yo no podría separarme de mí.

Me acuerdo.. de que tú tenías tu mundo metido en tu habitación, como yo. Allí te ocultabas del de verdad, hasta que alguien irrumpió en él.

Pero eso, ¿sabes?, solo pasa en los cuentos. El destino no entra por la puerta principal.. hay que ir a buscarlo en la trampilla oculta peor escondida. Y hay que saber buscarlo, es un don. Hay gente.. que le tiene en su vida. Al destino, digo. Y otra gente que no.

Yo soy del segundo grupo. Pero tú, Clío, eras del primero.

Me parecías el personaje más hermoso de todos. O casi todos. Porque él, pintado por ella, sí que dejaba sin respiración. Pero, volviendo a ti, pero tú eras tan íntegra, tan rota, tan tú.

Te echo de menos, Clío.

Cuando tu padre aun vivía, y no te habías separado de aquel piano, cuando el lienzo de tu madre aun estaba en el salón. Cuando tu vida todavía no se había hecho añicos.

Aunque después los pegaste muy bien, con una veracidad pasmante, a mí me hubiera gustado que tus sueños no se quedaran tan rotos también.

Y que hubieras tenido ese final de cuento de hadas, vestida de blanco con un horrible vestido que te hiciera parecer un pastel. Por ti, llevaré mi vestido de pastel. Así, a lo mejor me da suerte.. de esa que no tengo. Y si no me la da, no me sentiré tan sola.

Pensaré que tú estás allí conmigo, paseando por las calles que tanto amabas y que abandonaste para huir de ti.

¿Estaré huyendo yo también? Estoy sola, Clío. Solo ahora. A veces necesito estarlo.

Pero sé que ese paso que quiero dar es muy importante.. Clío, me da tanto miedo. Porque sé que será un arma de doble filo. Y me pregunto cual es ese doble, y en qué forma me lo prepara mi malcriado sino.

Te echo tanto de menos.. ojalá nada terminase. Pero todo acaba, y tu historia también terminó. Déjame que yo le de vida, ¿vale? Y un día, también tú serás su mejor amiga.

Es mi promesa. Nunca olvides que me duele que no estés..

..te echo de menos.

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