lunes, 22 de febrero de 2010

Tu voz.

Su voz.
Es extraño pero sigo viendo al uno en el otro... y a otro en el uno.
Me parece que mezclarlos en el plano inteligible nunca fue buena idea, porque llegados al plano físico cada uno se queda abruptamente encerrado en su cuerpo.
Mejores amigos, vale, y todo lo que tú quieras.
Pero están lejos. Muy lejos.
Tan lejos que duele comprender que no se puede poseer a nadie.
Por mucho que te acerques a alguien, por mucho empeño que pongas en quererle siempre va a estar igual de lejos.
Separado de ti.
Y no sé si hace más daño buscarte a ti en él, y a él en ti, y no encontraros, encontrar el vestigio de plagio que te engañó.
Eso, o comprender que si ellos están lejos tú lo estás aún... mucho más.
O dejar de mirar hacia fuera y ver lo mismo en el propio espejo. También nosotras estamos separadas del resto.
Lejos. Muy lejos.

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