sábado, 27 de febrero de 2010

Un vestido que cambia.

Al principio es dudosa hasta la tela. Pasa de la licra más ajustada e insinuante, que casi parece la piel el vestido...
A convertirse en seda, color noche oscura.
Confío en que la noche será también mi as en la manga. La que lo nuble y oscurezca todo, dejando iluminar la mente al deseo... sin ninguna, ni una sola luz más.

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