sábado, 23 de enero de 2010

Mi foto perfecta...

Se me ocurren tantas que creo que "La foto perfecta" no existe, pero sí existe.
Después me doy cuenta de que la foto que más deseo en el mundo es un plano americano, contrapicado, de él. Creo que también hay lluvia.
Mirada baja y facciones claras.

Pero ahora también hay fotos que deseo muchísimo. Deseo miles de fotos al lado de dos personas, a la vez, para fingir que todo es como antes. Deseo otra con otra persona, una que engañe a la realidad al matar con brillos los hoyuelos de las sonrisas.
Otra con mi mejor amigo, no es que sea más amigo mío que mis mejores amigas, solo que es el más amigo entre los amigos que tengo, aunque también se acerca a los mejores si no hacemos distinción de sexo. Y debería ser perfecta en lo particular y en el encuadre. Y además, me gustaría que fuera una mirada, cómplice.
Y no otra, si no más bien miles de ellas, que encierren lo mejor posible una tarde de ropa y estética con alguien especial en una de mis casas favoritas del mundo.
¿Más? Poder fotografiar a la persona que lleva escrito en la cara "soy un gato, y me da igual".
Y otras de un corzo muy joven sobre una cama mullida, y (obviamente) con las piernas al descubierto, víctimas de un colibrí.
Más, más. Uy... una foto imposible. Con la persona que me acuchilló, la impenetrable. Ya os dije que era imposible.
Y una foto de esa persona sola, de medio lado, jugando con un balón y las manos en los bolsillos, una de sus odiosas medias sonrisas y mirando hacia abajo o a la cámara, por desear.
¡Sin olvidar casi lo más importante! Fotos de "yo". Todas las ideas que ya tengo más miles que sé que se me ocurrirán haciendo esas.
Fotos de un ángel con su guitarra, y es una foto oscura y negra, solo para que conste. Y de otro sentado al piano, representando mi escena favorita de Clair de lune. Otras con este último trascendiendo un sofá rojo, como cuando rodábamos por la arena fingiendo que todo era verdad. Aquella mentira era tan divertida, las miradas eran puntes al otro lado, os lo juro. Eran una promesa instantánea (del instante) de dos.
Y ya que hablamos de fotos, un reportaje del paseo marítimo de cierta ciudad, sin más modelos que los transeúntes, acompañada de caras borrosas (muy pocas, a lo mejor dos) y el mar.
Un sueño de fotos serían las que pudiera hacer paseando esa ciudad sola. Un sueño imposible.
Más. Desnudos. Pero son tan peligrosos. Se me ocurren miles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario