lunes, 25 de enero de 2010

Odio la vida. Es decir, la amo tal y como la conocemos...
Pero no pienso resignarme a la sencilla felicidad que tiene reservada, ni al sueño de después de comer, ni a ser siempre una idea perfecta realizada con imperfecciones por doquier.
Odio que ella conozca tantos secretos del mundo. A ver, me encanta poder ver.
Pero no quiero que todo esto que ve sea verdad. Es horrible... es tan pequeño, tan triste, tan amargo, tan, tan...

No hay comentarios:

Publicar un comentario